Melvyn Amrine está casado desde hace más de 60 años y a pesar de que le detectaron Alzheimer –una enfermedad degenerativa que acaba con la memoria– hace cuatro años, y ya no recuerda bien detalles del inicio de su matrimonio, no ha podido olvidar que cada Día de la Madre tiene que comprar flores para su esposa Doris.
Esta historia de amor se hizo pública a mediados del año pasado, pero nuevamente ocupa las redes como un símbolo de que en la adversidad siempre hay una luz de esperanza.
“Incluso a pesar de que la mente no recuerda todo, el corazón recuerda”, aseguró la esposa de Melvyn, en un reportaje realizado por la cadena estadounidense CBS.
Un día antes del Día de la Madre, Melvyn desapareció, por lo que su familia se contactó con la policía para poder encontrarlo.
Las autoridades lo encontraron cerca de tres kilómetros de su casa y, descubrieron que estaba decidido a cumplir con una misión muy particular: comprarle las flores a su esposa, pues sabía que el día siguiente era el Día de la Madre.
El sargento Brian Grigsby, que junto al agente Troy Dillard dio con el paradero de Melvyn, indicó que “él era muy firme” en su decisión de no volver a casa hasta haber comprado las flores.
“Él no iba a volver a casa hasta comprar esas flores. Eso es lo que él quería. Quería las flores para su esposa, porque mañana era el Día de la Madre”, dijo el sargento Grisby.
Grisby señaló que “teníamos que conseguir esas flores. Teníamos que conseguirlas. No teníamos otra opción”.
Por ello, los policías acompañaron a Melvyn a comprar las flores, e incluso Grisby, pagó parte del costo.
Por su parte, Doris, se encontró no solo alegre por recuperar a su esposo, sino también conmovida por su regalo.
“Cuando él vino, y vi esas rosas y la sonrisa en su rostro, simplemente me quebré por dentro. Simplemente dije, ‘gracias, gracias’, porque vi su corazón”, aseguró Doris.
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