Recomendaciones generales de cuidados.

  • Es importante que en cuanto se produzca el diagnóstico se lleve a cabo una programación para el futuro. Las necesidades de cuidados van a ir cambiando, desde tener que realizar una observación moderada y discreta de las actividades que el enfermo realiza, en una fase inicial, a la sustitución total de las actividades del enfermo en los estadios finales del proceso.
  • Es importante que en cada fase el enfermo realice por si mismo todo cuanto pueda, aunque lo haga mal y/o tarde mucho tiempo.
  • Es importante que al enfermo le sea programada su actividad para las 24 horas de cada día, de manera que tanto él, mientras sea posible, como la familia sepan en cada momento lo que se debe estar haciendo.
El paciente presenta riesgo de asfixia:
Esta situación se suele presentar en fases iniciales y puede deberse a múltiples hechos: pequeños objetos que se dejan al alcance del paciente, armarios en los que se meten y no saben salir, costumbre de fumar en la cama, atragantamientos de comida, inmersión en bañera y/o piscina, posibilidad de arrancar el coche dentro del garaje cerrado,...
Siempre hay que hacer una valoración del riesgo y emprender medidas tales como:
  • Modificaciones en el hogar para disminuir los riesgos.
  • Impedir que el enfermo se bañe sólo, tanto en la bañera como en la playa.
  • Evitar que el enfermo fume en la cama.
  • Prevenir que esté solo en el garaje y ponga el coche en marcha.
  • Retirar tanto los objetos pequeños que puede introducir en su boca y/o nariz como las grandes bolsas en los que se puede meter.-
  • Aconsejar medidas para prevenir el atragantamiento alimenticio.
El paciente presenta riesgo de aspiración:
En etapas más avanzadas de la enfermedad puede ocurrir que el paciente realice una aspiración al árbol traqueobronquial de sólidos, líquidos, secreciones gastrointestinales, etc.
En este caso las acciones a llevar a cabo son del tipo de:
  • Valorar los factores de riesgo e intentar evitarlos.
  • Si no hay contraindicación mantener la cabecera de la cama elevada y la cabeza girada hacia un lado.
  • Procurar que durante la comida y al menos durante una hora después el enfermo permanezca sentado.
  • Repartir la comida en más tomas de menor cantidad.
  • No administrar nunca a la vez sólidos y líquidos.
  • Evitar un aumento la presión abdominal: estreñimiento, ropa apretada, etc.
  • Si la administración es a través de una sonda, comprobar antes que esta no se ha desplazado y que está permeable.
El paciente tiene dificultad para expulsar las secreciones de las vías aéreas:
Es esta una situación muy común en las fases finale, siendo una de las complicaciones más graves y peligrosas. Si se da este supuesto, se deben poner en marcha acciones tales como:
  • Procurar un ambiente saludable, y húmedo, un humidificador o un recipiente de cerámica de boca ancha y con agua, han de estar en la habitación del paciente.
  • Cuidar la hidratación y darle no menos de 1,5 litros de líquidos al día.
  • Procurar levantar al paciente, mientras sea posible, a diario.
  • Colocar cada día un rato en postura de decúbito prono (boca abajo).
  • Realizar golpeteo, con la mano hueca, del torax posterior del paciente, con el objetivo de despegar las secreciones mucosas de la pared pulmonar.
El paciente presenta ha olvidado como preparar la comida:
  • Si el paciente ha olvidado como se prepara una dieta correcta la elaboración de una lista, por ejemplo semanal, con una serie de menús tipo a base de dietas completas, equilibradas y variadas, puede ser la solucción.
  • Elaborar así mismo una guía de recetas con las comidas más usuales para él.
  • Procurar que el enfermo participe en todas las actividades que pueda en relación con la comida: compra, preparar, poner la mesa,...
  • Al mismo nivel de interés hay que tratar de que el enfermo realice todo el tiempo que pueda las actividades que hemos mencionado de ayudar el la confección de la comida, poner la mesa, recoger los útiles, aunque para ello haya que tener que ir haciendo algunas de las modificaciones en el hogar como las que expondremos en el epígrafe de la necesidad de seguridad.
El paciente se niega a comer:
Si el paciente de forma sistemática se niega a comer hay que:
  • Vigilar que no existe ninguna dificultad par ello: prótesis en mal estado, lesiones en boca, etc.
  • Procurar comidas compartidas y que el momento de la comida sea agradable y relajado.
  • Darle al enfermo la misma comida que al resto de la familia.
  • Procurar respetar al máximo sus gustos anteriores.
  • Servir ésta de forma atractiva y preparada de forma que resulten apetitosa y cuidar los olores.
  • No discutir con el paciente ni intentar forzar su alimentación.
  • Si es preciso aumentar el valor energético de las pocas tomas que realice, añadiendo a los platos alimentos enriquecidos: jugo de carne, o una cucharada de leche en polvo, complementos farmacológicos, etc.
  • Fijar un horario de comida estable para facilitar el hábito.
  • Identificar el acto de la comida, realizando antes de cada toma un rito que identifique con esta: lavado de manos, cambio de ropa, puesta de la mesa, etc.
  • Hacer de la comida un acto rutinario: mismo sitio en la mesa, mismo color de servilleta, misma vajilla, etc.
  • Servir los platos de uno en uno. Si retiene la comida en la boca, juega con ella y le cuesta trabajo tragar darle alimentos jugosos y que estimulen la salivación y si es preciso masajear en el cuello a nivel medio intentando forzar la deglución.
  • Intentar evitar reacciones catastróficas: llantos, gritos,...
El paciente se niega a beber:
Además de muchas de las recomendaciones ya dichas para el cupuesto anterior se debe procurar:
  • Buscar cada día alguna disculpa para realizar una ingesta compartida.
  • Proporcionar líquidos en envases heméticos y opacos: zumos, batidos, etc.
  • Ofrecer alternativas al liquido tradicional: frutas jugosas, pudings, helados, gelatinas, líquidos espesados, etc.
El paciente quiere estar comiendo continuamente:
Es situación que puede ser debida al aburrimiento, por lo que es muy importante que el enfermo tenga siempre programadas actividades cotidianas para realizar. Además se pueden llevar a cabo acciones como:.
  • Procurar raciones pequeñas, repartiendo la totalidad de la comida que deba ingerir en más tomas.
  • Dar comidas bajas en calorías: frutas, líquidos, verduras, productos desnatados, etc.
  • No discutir con el paciente, entretenerle si es posible con otras actividades.
  • Utilizar comidas muy troceada y con cierta dificultad para su ingesta: verdura partida muy fina, tiras de hortalizas, etc.
  • Si traga casi sin masticar servir la comida a temperatura tibia y utilizar alimentos de fácil digestión.
El paciente presenta apraxia para la ejecución de las actividades de la comida:
Si el enfermo ha olvidado el uso de los cubiertos o presenta apraxia para la realización de actividades básicas como cortar, pelar, pinchar, etc., se intentaran actividades tales como:
  • Utilizar cubiertos de mango ancho, de pala curva, anclados a la mano, etc.
  • Servir la comida en platos y vasos irrompibles y antivuelcos.
  • Servir la comida en trozos pequeñosy faciles de comer.
  • Dejarle que coma con las manos, proporcienándole en este caso comida adaptada: croquetas, albóndigas, bocaditos, empanadillas,...
El paciente necesita que se le dé de comer en la boca:
Si el paciente presenta incapacidad para llevarse la comida a la boca hay que darle de comer, para ello:
  • Sentarlo completamente recto y proveerle de un babero o delantal.
  • Sentarse frente a él y si está inclinado hacia delante, hacerlo en un nivel ligeramente inferior.
  • Administrar la comida en la textura que este pueda admitir triturando si es preciso.
  • Administrar lentamente y vigilar que ha tragado una porción antes de administrar la siguiente.
El paciente presenta problemas para masticar:
En este caso hay que:
  • Recurrir a la alimentación triturada, pero recordando que esta debe continuar siendo completa, variada y equilibrada.
  • Administrar con cuchara, jeringa o con biberón según sea preciso, pero siempre cuidar la preparación, la temperatura, la velocidad de la ingesta, etc.
  • Colocar al enfermo en la postura que soporte más parecida a la natural para comer, es decir lo más incorporado posible.
  • Si la administración es con jeringa colocar está en el interior de la boca y en el centro de la lengua y administrar presionando de ella ligeramente para abajo.
El paciente tiene dificultades para tragar:
  • Utilizar alimentos pastosos o espesados, ya que los atragantamientos son más frecuentes con los líquidos.
  • En caso de atragantamiento intentar extraer el alimento de la zona faringea con los dedos o si es preciso cogiendo al paciente desde atrás y golpeandole con ambos puños en la punta del esternón.
  • Valorar la conveniencia de solicitar que se le coloque una sonda nasogástrica.
El paciente presenta incontinencia urinaria:
La aparición de incontinencia de forma brusca puede tener una causa distinta al proceso demencial, como puede ser una infección, el efecto de algún fármaco, etc., en este caso se debe pues buscar la causa e intentar subsanarla.
Si la incontinencia es frecuente se debe actuar como sigue:
  • Intentar evitar que se orinen encima, y si el hecho ocurre no realizar comentarios ni regañarle.
  • Señalar el cuarto de baño con una indicación gráfica en la puerta.
  • Despejar el camino al cuarto de baño de objetos que dificulten la llegada a este.
  • Señalizar el camino desde el dormitorio al retrete con luces piloto nocturnas y dejar una luz encendida en el cuarto durante la noche.
  • Procurar que el enfermo orine antes de acostarse y si se considera necesario reducir la ingesta de líquidos a última hora de la tarde.
  • Determinar la frecuencia de la eliminación vesical y acompañar al retrete cada vez que se prevea que el paciente vaya a eliminar que suele ser cada 2 - 3 horas .
  • Simplificación de las maniobras de desvestido.
Cuando el enfermo necesite usar absorbentes, situación que se debe retrasar al máximo, hay que:
  • Hacer un estudio serio de marcas, modelos, tallas y capacidad de absorción, para ver que tipo se adapta mejor a cada necesidad concreta.
  • Procurar que durante el día, mientras pueda, siga utilizando su ropa interior habitual, aunque sea con el absorbente.
  • Recordar, sobre todo en las mujeres, que cuando se deba proceder al cambio, el sucio siempre ha de retirarse por detrás y el limpio ha de colocarse de delante hacia atrás.
  • Si la incontinencia es sólo vesical valorar la alternativa de utilizar un colector de orina en varones.
El paciente presenta incontinencia urinaria fecal:
Suele ser de aparición más tardía que la vesical. Se puede intentar controlar con medidas como:
  • Establecer una rutina de defecación, estableciendo un horario y/o una situación (tras el desayuno, antes del baño,...) para evacuar y comprobar que evacua.
  • Identificar si el enfermo realiza algún preambulo antes de la evacuación: inquietud, agitación, uso de alguna palabra o sonido, etc., y si es así ponerlo inmediatamente en el retrete cuando este se produzca.
  • Mantener al paciente en el retrete el tiempo suficiente para que se pueda producir la evacuación - unos 20 minutos - aunque para ello tenga que utilizarse algún sistema accesorio de seguridad: barras de sujeción, soportes, etc.
  • Procurar una ingesta de nutrientes y de líquidos correcta.
  • Si el paciente necesita usar absorventes hacer que el cambio de este absorbente sea lo más aséptico posible.
  • No permitir que el enfermo permanezca con el absorbente sucio y realizar una higiene cuidadosa tras cada deposición.
  • Si la incontinencia fecal es secundaria a un estreñimiento pertinaz con presencia de frecuentes fecalomas, que es una situación frecuente en fases avanzadas de la demencia, procederemos como indicamos en el apartado siguiente.
El paciente presenta estreñimiento:
Es un problema muy frecuente sobre todo si el enfermo hace una alimentación escasa en fibra, una ingesta de líquido no muy aceptable, una actividad física reducida,...
La prevención es el mejor remedio y esta pasa por actuar contra los factores de riesgo, es decir contra la alimentación muy refinada, contra una mala hidratación, contra la falta de la actividad física, etc..
  • Siempre se deben intentar medidas para facilitar la evacuación de forma natural tales como:
    • Dar un vaso de zumo o de agua tibia en ayuna.
    • Agregar salvado a los platos.
    • Aplicar masajes abdominales.
    • Mantener mientras sea posible el uso del retrete.
  • No utilizar laxantes sin prescripción médica y valorar la necesidad de utilizar ablandadores de heces como los supositorios de glicerina.
  • Si se requiere la administración de enemas, que pueden ser caseros o de farmacia, hay que colocar estos siempre en posición de decúbito lateral izquierdo.
  • Si se presentan fecalomas, que son impactaciones duras de heces en el recto, intentar ablandar estos, partirlos mediante un tacto rectal y posteriormente extraerlos.
EL PACIENTE SE MUESTRA HIPEACTIVO O PRESENTA UN DEAMBULAR CONSTANTE
En esta situación, propia de las primeras fases, hay que:
  • Procurar una actividad física normal: paseos, participación en las actividades cotidianas de la vida diaria,...
  • Averiguar si el paciente realiza estos comportamientos por aburrimiento e intentar evitarlo, ofreciéndole alternativas que le gusten.
  • Mostrarle, a menudo, nuestro cariño y una presencia cercana mediante el tacto y las caricias.
  • Si a pesar de estas medidas el deambular persiste, procurarles un calzado cómodo y silencioso, trazarles una ruta segura, como un largo pasillo, y dejarles hacer.
EL PACIENTE SE MUESTRA HIPOACTIVO
Es una situación frecuente en etapas avanzadas y puede acarrear un deterioro importante de los sistemas corporales.
A medida que la movilidad disminuye los tiempos de encamamiento son cada vez mayores, lo que puede conducir a la aparición de complicaciones cardiocirculatorias, respiratorias, urinarias, digestivas, cutáneas, etc.
Las acciones que debemos emprender en esta ocasión son del tipo de:
  • Incentivar la movilización tanto activa como pasiva:
    • Diseñar y ejecutar una tabla de ejercicios que el enfermo pueda realizar incluso sentado o en la cama: mover el cuello, mover los brazos, mover las piernas,...
    • Realizar, cada día, movilización pasiva de todas sus articulaciones.
    • Movilizar y masajear las zonas distales para facilitar el retorno venoso.
    • Mantener una buena alineación corporal, utilizando si es preciso la ayuda de almohadas, cojines, etc.
  • Diseñar y ejecutar un programa de cambios posturales en la cama que contemple todas las posiciones y teniendo en consideración hechos como:
    • El decúbito prono, o boca abajo, es mal soportado.
    • Las horas de la ingesta deben coincidir con el decúbito supino, o boca arriba.
    • Colocar con el tronco elevado si hay complicaciones respiratorias.
    • Retirar la almohada si hay problemas de ulceras por presión.
    • Elevar los pies de la cama si hay que facilitar el retorno venoso.
    • Si es posible dejar descansar a enfermos y cuidadores por la noche.
  • Proteger la integridad de la piel mediante una higiene cuidadosa, hidratación corporal con aceites o cremas hidratantes, protección de los salientes óseos. No masajear zonas de apoyo, ni dar friegas de alcohol.
  • Cuidar la nutrición, asegurándose una ingesta correcta de proteínas y fibra y no descuidar los líquidos.
  • Controlar y cuidar los problemas de incontinencias y/o estreñimiento.
  • Continuar, mientras sea posible con el levantamiento, cuidando de la seguridad del enfermo y del cuidador.
AYUDA A UN ENFERMO CON TRASTORNOS DE SUEÑO

Esto puede ser debido a cambios de medicación, de ambiente, a la propia enfermedad, a manifestaciones depresivas y al tipo de vida que lleve el enfermo.

En estas circunstancias mantenga la tranquilidad. A la hora de dormir demuéstrele seguridad y afectividad, efectúele ejercicios diurnos. En caso de que esté en casa, mantenga una buena iluminación diurna. En la alimentación, procurar cenas ligeras, evitar bebidas excitantes, masaje en la planta de los pies y baño antes de acostarse. Evitar las barreras arquitectónicas que pudieran generar accidentes si se levanta por la noche. Procurar un ambiente confortable en la habitación. Léale algo relajante con voz monótona, o bien efectúe una oración de su infancia por él conocida.
El paciente suele dormir mal por las noches en todas las fases de la enfermedad, siendo este uno de los problemas que más desazón causa a los cuidadores.
La recuperación de un adecuado patrón de sueño nocturno es una tarea difícil y generalmente con poco éxito; no obstante se deben poner en marcha todas las acciones conocidas y que son del tipo de:
  • Hacerle sentir que aunque está enfermo siempre habrá alguien a su lado para acompañarle y dispuesto a ayudarle.
  • Procurar que tenga debidamente satisfechas el resto de sus necesidades básicas, como alimentación, eliminación, higiene, vestido, comunicación, entretenimiento, etc., intentando que se acueste limpio, agradablemente cansado, sin hambre, con una ropa cómoda y adecuada, en un lecho confortable, rodeado de un ambiente sin factores distorsionantes, etc.
  • Realizar cada día higiene del sueño, haciendo del acostamiento un rito rutinario: misma hora, misma cama,...
  • Procurar un ambiente que invite al descanso: música tranquilizante, relajación, leerle un rato, contarle o dejarle que te cuente alguna historia,...
  • Hacer que permanezca en la cama aproximadamente siempre el mismo tiempo, aunque no esté durmiendo y establecer también una rutina para que se levante.
  • Si se levanta desorientado a media noche y decide la realización de un actividad que no son propias ni del lugar ni de la hora (hacer la maleta para irse a su casa, irse a la cocina a comer, vestirse para salir, etc.) no intentar razonar acerca de lo inadecuado de su proceder, entretenerlo con alguna otra actividad e intentar con cariño que vuelva a la cama. Si se empeña en su realización y no es peligrosa dejarle hacer y controlarle a distancia, así como extremar las medidas de seguridad: cerrojos en puertas y ventanas, rejas en sitios peligrosos, etc.

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