EL PACIENTE PRESENTA APATÍA POR EL SEXO
La apatía puede deberse a un olvido de las practicas sexuales: las caricias, los preámbulos, su rol en las practica sexual,... En este sentido hay que:
- Informar al componente de la pareja sano que ha de ser él quien tome la iniciativa y hacer que las prácticas sexuales sean lo mas parecidas posibles a las que realizaban antes de la enfermedad.
- Mantener con el enfermo relaciones deseadas, agradables y sin violencia, es una expresión máxima de cariño.
- Si el enfermo rechaza la relación sexual, más frecuentemente el coito que otras practicas sexuales, igual que en otros comportamientos cotidianos, ya citados, no insistir, ya que la insistencia suele conducir a la agitación.
EL PACIENTE PRESENTA INTERÉS EXCESIVO POR EL SEXO
Suele ser secundario a la desinhibición que experimentan algunos pacientes.
En este caso:
- Si la pareja disfruta con la frecuencia y tipo de las relaciones, mantener.
- Si a pesar del aumento de frecuencia el enfermo se encuentra insatisfecho y acude a prácticas sexuales alternativas, como las caricias o la masturbación, se deben permitir.
- Si la masturbación se produce en un momento o lugar inadecuado, al igual que en otros comportamientos inadecuados a los que hemos hecho referencia, se debe apartar al enfermo y distraerle con un entretenimiento alternativo.
- Si el enfermo se desnuda en público hay que considerar que existan otros motivos, como calor, incomodidad, etc., y hay que evitarlos. Si las practicas continúan hay que obstaculizar el desvestido con el uso de monos enterizos, prendas abrochadas por detrás, sistemas complicados de cierre.
- Procurar la realización de actividades físicas cotidianas y evitar el aburrimiento.
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