Cómo afrontar emocionalmente que tu familiar no te reconozca?


Cuando nuestro Familiar no nos reconoce a causa del estado avanzado del Alzheimer ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo enfrentar esta dificultad? María Espinosa, psicóloga experta en Tercera Edad, nos explica por qué el afecto familiar es crucial en esta situación.
En la actualidad, todo el mundo ha oído hablar de la enfermedad de Alzheimer. Se sabe que se trata de una enfermedad que afecta a la memoria y que produce un deterioro en la vida de la persona muy grave en algunos casos. Pero, ¿Qué ocurre cuando nos afecta a nosotros de cerca? ¿Qué sucede cuando hay un familiar cercano al que han diagnosticado la enfermedad de Alzheimer?
Es entonces cuando nuestra perspectiva cambia y nos empezamos a plantear la enfermedad desde otro punto de vista. Suele ser entonces, cuando la mayoría de las familias deciden volcarse por esta enfermedad para conocer sus síntomas, su evolución y el tratamiento que hay que seguir. Aunque muchas veces la información que se proporciona es bien poca.
Cuando a una persona le dan el diagnóstico de que su familiar padece la enfermedad de Alzheimer, lo primero que conviene hacer es informarse bien sobre lo que es esta enfermedad realmente. No será suficiente con atribuirlo simplemente a un problema de memoria. Esta enfermedad conlleva consigo mucho más, que debemos conocer para poder ayudar a nuestro familiar de la mejor manera posible. De esta manera, podremos mejorar la calidad de vida del enfermo y conseguiremos causar un daño mucho menor a los  familiares.
¿Qué hacer cuando mi familiar ya no me reconoce?
Cuando su familiar ya no le reconozca, probablemente se encuentre en una fase más avanzada de la enfermedad donde uno de los síntomas más característicos es que el enfermo ya no reconoce caras familiares. En este momento,  será importante tener en cuenta que su familiar ya no sabe establecer la relación que existe entre las personas que le rodean. Pero sí hay algo que puede reconocer, que va a depender de nosotros y es que se siga manteniendo el vínculo emocional para que sí que nos reconozca como personas cercanas. En esta fase de la enfermedad, será importante que le brindemos los cuidados necesarios,  pero también será igual de importante que nuestro familiar siga recibiendo todo el afecto por nuestra parte.
Muchas familias pueden pensar que ya no es necesario proporcionarle afecto o cariño, porque no va a servir para nada y más tarde ni siquiera lo va a recordar. Pero lo cierto es que darle los cuidados que necesita, además de apoyo y cariño pueden mejorar mucho su bienestar y los síntomas que presenta el enfermo pueden ser incluso menos acusados.Ellos sí que suelen recordar cómo se sienten cuando ven el rostro de una persona que les quiere.
La enfermedad va cambiando y nosotros debemos decidir si queremos ser partícipes de ella. Si decidimos serlo,  tendremos mucho que aportar, sobretodo porque nuestro familiar nos necesita.
Si no podemos hacer frente a todos sus cuidados, deberíamos pedir ayuda profesional. Lo que sí que está en nuestras manos es seguir brindándole nuestro apoyo y cariño porque va a contribuir a que el proceso de cambio durante el transcurso de la enfermedad sea mucho mejor.
Una manera de asimilar que nuestro familiar ya no nos reconoce es aceptándolo, para ello es recomendable ser conscientes de la pérdida de ese vínculo que teníamos con él y hacer frente a una nueva relación que puede convertirse en muy positiva y enriquecedora para ambos, tanto para el enfermo como para el familiar.
Es normal que sintamos dolor ante la situación de que nuestro familiar no nos reconozca. Para asimilar mejor esa pérdida del vínculo emocional una buena forma es hablando de ello con personas que nos escuchen y entiendan, ya que muchas veces no es sencillo entender y expresar lo que se siente.
Si finalmente nos damos cuenta de que el dolor que sentíamos en un principio no cambia y acaba convirtiéndose en sufrimiento, sería recomendable asistir a un psicólogo que nos ayude a superar este duelo que conlleva la perdida de identidad de nuestro ser querido.
Otra alternativa, es acudir a alguna asociación para familiares de Alzheimer donde se puede asistir a terapias de grupo con personas en su misma situación que están dirigidas por psicólogos. Estos grupos  pueden ser de mucha ayuda, ya que pueden encontrar un lugar donde son escuchados y comprendidos, donde además pueden conocer otros casos parecidos de los que aprender. Pero sobretodo les va a ayudar a aceptar que su familiar es un enfermo de Alzheimer y que ya no va a ser la persona que era pero sí que va a seguir sintiendo como siempre.
Cuando hablamos de esta enfermedad deberíamos tener siempre en cuenta que: “El Alzheimer es una enfermedad que afecta al cerebro de los pacientes y al corazón de las familias”.
Escrito por:
María Espinosa JordánPsicóloga. Especialista en tercera edad.
www.mariaespinosa.es




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