Cocina y baño, espacios de accidentes domésticos
El cuarto de baño y la cocina son dos de los espacios más peligrosos para los enfermos de Alzheimer y las personas mayores en general, por lo que necesitan una mayor atención.
1) La cocina ideal para estas personas es aquella que conforma un triángulo entre la cocina, el fregadero y el frigorífico y cuyos muebles están a su altura.
* El interior de los armarios debe estar organizado de manera que los objetos con mayor uso sean fácilmente alcanzables
* La nevera debería incorporar un sistema de cierre.
* El tipo de cocina más conveniente es la eléctrica de inducción magnética y las cocinas de gas son las menos recomendables
* El microondas “es el sustituto ideal del horno”
2) El baño, la puerta debería abrirse hacia fuera para aportar más espacio a la estancia y evitar que, si el enfermo cae al suelo, no se pueda acceder. “Otra solución alternativa es la puerta corredera.
* En esta línea, el inodoro debería estar “anclado a la pared” y fijado a la altura de la persona enferma (que puede ir en silla de ruedas)
* La bañera ha de equiparse de barras de apoyo y contar con un asiento o banco en su interior.
* Es muy útil colocar señales luminosas que indiquen el camino del dormitorio al cuarto de baño, para que el enfermo no se desoriente por la noche.
3) Dentro de su propio hogar, el enfermo encuentra suelos resbaladizos, cables eléctricos por el suelos, objetos de cristal que se pueden caer y romper, ventanas sin medidas de seguridad, escaleras, mecheros y cerillas, objetos pequeños que puede tragarse, estufas y utensilios cortantes.
Para evitar estos riesgos, se aconsejan pequeñas acciones
* Colocar los radiadores fuera de las zonas de paso y protegidos
* cubrir con aislamiento térmico las tuberías de la calefacción
* evitar sobrecargar los enchufes y el uso de estufas de gas butano
* habilitar dispositivos de llamada accesibles
* diferenciar los colores del suelo y el techo para evitar la “angustia y confusión” de los enfermos.
4) Colocar elementos de referencia temporal, como relojes y calendarios, en las habitaciones de la casa; señalizar espacios específicos como el baño y el dormitorio; colocar barras de apoyo a lo largo del pasillo y fijar la lámpara de la mesilla de noche para que pueda encenderse y apagarse sin que corra el peligro de caerse.
CONCLUSION: El ambiente que debe reinar en la casa de un enfermo de Alzheimer tiene que permitirle participar, en la medida de lo posible, en las actividades familiares y cotidianas e incidir en los trastornos de conducta más característicos del Alzheimer: vagabundeo, pasividad, agresividad…”.
En concreto, la vivienda ha de ofrecer “seguridad, confort y accesibilidad”,
La vivienda del enfermo de Alzheimer ha de presentar una buena accesibilidad y no contener elementos de riesgo, algo que se soluciona evitando recargar las estancias con muchos muebles y objetos de decoración.
El cuarto de baño y la cocina son dos de los espacios más peligrosos para los enfermos de Alzheimer y las personas mayores en general, por lo que necesitan una mayor atención.
1) La cocina ideal para estas personas es aquella que conforma un triángulo entre la cocina, el fregadero y el frigorífico y cuyos muebles están a su altura.
* El interior de los armarios debe estar organizado de manera que los objetos con mayor uso sean fácilmente alcanzables
* La nevera debería incorporar un sistema de cierre.
* El tipo de cocina más conveniente es la eléctrica de inducción magnética y las cocinas de gas son las menos recomendables
* El microondas “es el sustituto ideal del horno”
2) El baño, la puerta debería abrirse hacia fuera para aportar más espacio a la estancia y evitar que, si el enfermo cae al suelo, no se pueda acceder. “Otra solución alternativa es la puerta corredera.
* En esta línea, el inodoro debería estar “anclado a la pared” y fijado a la altura de la persona enferma (que puede ir en silla de ruedas)
* La bañera ha de equiparse de barras de apoyo y contar con un asiento o banco en su interior.
* Es muy útil colocar señales luminosas que indiquen el camino del dormitorio al cuarto de baño, para que el enfermo no se desoriente por la noche.
3) Dentro de su propio hogar, el enfermo encuentra suelos resbaladizos, cables eléctricos por el suelos, objetos de cristal que se pueden caer y romper, ventanas sin medidas de seguridad, escaleras, mecheros y cerillas, objetos pequeños que puede tragarse, estufas y utensilios cortantes.
Para evitar estos riesgos, se aconsejan pequeñas acciones
* Colocar los radiadores fuera de las zonas de paso y protegidos
* cubrir con aislamiento térmico las tuberías de la calefacción
* evitar sobrecargar los enchufes y el uso de estufas de gas butano
* habilitar dispositivos de llamada accesibles
* diferenciar los colores del suelo y el techo para evitar la “angustia y confusión” de los enfermos.
4) Colocar elementos de referencia temporal, como relojes y calendarios, en las habitaciones de la casa; señalizar espacios específicos como el baño y el dormitorio; colocar barras de apoyo a lo largo del pasillo y fijar la lámpara de la mesilla de noche para que pueda encenderse y apagarse sin que corra el peligro de caerse.
CONCLUSION: El ambiente que debe reinar en la casa de un enfermo de Alzheimer tiene que permitirle participar, en la medida de lo posible, en las actividades familiares y cotidianas e incidir en los trastornos de conducta más característicos del Alzheimer: vagabundeo, pasividad, agresividad…”.
En concreto, la vivienda ha de ofrecer “seguridad, confort y accesibilidad”,
La vivienda del enfermo de Alzheimer ha de presentar una buena accesibilidad y no contener elementos de riesgo, algo que se soluciona evitando recargar las estancias con muchos muebles y objetos de decoración.
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